sábado, 24 de mayo de 2008

Conservación romántica

Ayer salió publicada en primera plana de La Nación una noticia que puede ser de doble filo. http://www.nacion.com/ln_ee/2008/mayo/23/aldea1547874.html La noticia en cuestión trata acerca de que hubo un récord en la cantidad de nacimientos de tortugas baula en Playa Junquillal, Guanacaste. Nacieron 886 tortugas durante la temporda de anidación que inició en octubre del año pasado, luego de mantener los nidos en un vivero durante su desarrollo. La taza de eclosión (de 63%) es la más alta en el registro histórico de la playa. Este proyecto fue llevado a cabo por la Organización Mundial de Conservación (WWF, por sus siglas en inglés)


La conservación ha sido históricamente vista desde una perspectiva romántica, en el sentido de que muchas cosas se hacen sin tener conocimiento científico de las acciones que se toman. Se cae muchas veces en generalizaciones como que sembrar árboles y liberar animalitos encerrados en jaulas son soluciones así por que sí. La mayoría de "organizaciones ambientalistas" defienden muchas de sus luchas basados en nada. Algunas situaciones podrían parecer tener respuestas lógicas, pero el problema es que si no se analiza las consecuencias de esas respuestas, el perjuicio que se comete en contra del ecosistema, población, individuo (o a cualquier nivel ecológico) podría ser mayor al original. La conservación no puede ser evaluada a corto plazo ni desde parámetros humanos.


Los viveros para criar huevos de tortugas marinas son una herramienta que se diseñó para salvar los nidos que tuvieran una probabilidad muy alta de ser destruidos o saqueados, debido a su localización dentro de la playa. Entonces los nidos se colocan en un rancho ubicado a metros de la zona de marea alta, donde se controlan factores como la temperatura y la humedad, entre otros. Se supone que los nidos reubicados en el vivero deberían tener mayor éxito de eclosión que en el lugar original donde estaban, e inclusive mayor a los nidos que se conservan in situ (en el mismo sitio donde anida la tortuga), porque se está eliminando la depredación, tanto natural como humana. La idea es que, además de salvar algunos nidos, se genere información científica a partir de los datos de eclosión, y algunas de las crías se pueden utilizar en experimentos científicos para conocer comportamientos y anatomía de las tortugas, con el fin de entender mejor sus dinámicas y poder diseñar mejores estrategias de conservación.


Por supuesto que hay un pequeño y directo beneficio: el incremento de individuos que nacen. El problema de los viveros es que, al manipular los nidos, se están eliminando conductas naturales (y de sobrevivencia) de los neonatos. Además, los procesos de selección natural se están alterando, o peor aún, eliminando, con lo cual se afecta el balance natural de las poblaciones. Y hago referencia solamente a los problemas que no conciernen al diseño y manejo del vivero. Porque sino tendría que referirme también a patógenos, bacterias, hongos y otros problemas sanitarios que podrían afectar a los huevos en un vivero mal cuidado. Por eso, un vivero debería utilizarse solamente como una herramienta de conservación, o sea, debería ser visto como un medio y no como un fin, como está pasando actualmente. Específicamente, en esta noticia nos informan que la mayoría de los huevos eclosionados se obtuvieron justamente del vivero, y no de nidos naturales. Este sobreproteccionismo hacia las tortugas no va a ser beneficioso a largo plazo. Poniéndolo en términos humanos, es como si una mamá fuera sobreprotectora con su hijo: éste va a adquirir una dependencia hacia la madre que le va impedir desarrollarse por sí mismo. Con la manera en como se están utilizando los viveros, se está creando una dependencia análoga.


Definitivamente, la conservación de los seres vivos y de los recursos naturales requiere que la población humana en general tenga conocimiento de estos temas. Pero la información no puede ser incompleta, como en esta nota de La Nación, donde no explican los riesgos de los nidos en viveros. Así mismo, las organizaciones conservacionistas tampoco deberían mantener sus ideales románticos de conservación solo para obterner financiamiento, por mostrar resultados simples y a corto plazo. Ante todo, las tortugas son las que deberían salir beneficiadas en primer lugar, no nosotros.



Si lo que vienen a hacer estos "conservacionistas", "ambientalistas", o como se quieran denominar es a incrementar el problema... mejor no hagan nada.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Ilusiones

Admito que mi vida está llena de ilusiones. Ilusiones que rayan en lo absurdo, en lo casi imposible de realizar. Que no tienen ni pies ni cabeza.
Tantas voces me podrían criticar mi actitud, que hasta me quedaría sordo. Tantos dedos me podrían señalar que, cuidado y alguno de ellos me derriba al suelo. Pero es que no me resisto a la tentación de colgarme unas alas de cartón en la espalda y planear un buen rato. De dibujar abstracciones que sean tan subjetivas, que solo yo las entienda. De fantasear con las formas de las nubes en días soleados. De tararear canciones que no existen. De ser feliz, al fin y al cabo.
Porque así como Kant, no tengo vergüenza de sentir. Porque a veces sueño, luego existo. Y si tengo que despertar, es solo cuestión de recordar que lo que imagino no es cierto. De que solo son ideas mías. De no tomármelo tan en serio. Pero también recuerdo que las verdades absolutas no existen.
Mientras tanto, quiero seguir soñando. Porque, ¿y que tal que vos te sintás igual? ¿Que tal si compartimos una ilusión?