domingo, 25 de noviembre de 2007

El diario de Nelson Prank

Querido Tubidubidu:
Ayer no pude dormir nuevamente. Estoy un poco harto de esta situación. Quiero poder salir a la calle con la seguridad de que nada malo me sucederá.

Pero nuestra realidad es otra. Estamos perdiendo la guerra. Todas las noches se oyen bombas-rayo cayendo cerca de nuestra casa. Las gotas-soldados nos impiden salir muy lejos de nuestro hogar: no vaya a ser que nos caiga un regimento de lodo con sus mortales armas de piedras encima nuestro.

Bueno, la verdad es que ahora ningún lugar es seguro. Supe de unas personas en Moravia que tuvieron que abandonar sus viviendas porque una bomba de erosión hizo que sus casas se derrumbaran. Y también muchas personas han desaparecido: se los llevan los ríos y nunca más se sabe de ellos.

La infraestructura nacional no puede seguir sufriendo esta clase de torturas. Las calles están completamente despedazas e inservibles: las nubes-bombardero descargan furiosamente ráfagas de lluvia ácida que destruyen todo a su paso. Nuestros árboles antimisiles de CO2 no son suficientes. Y ya no hay puente que se sostenga; ni siquiera con el dinero que un supuesto aliado nos donara hace poco: 45 millones de dólares. Hmm no, no creo que ni la mitad de ese dinero la veámos algún día... como ya es costumbre.
Hablando de aliados: que famélico es este ejército. Uno los ve que van por ahí, recicle que recicle, ahorre que ahorre, pero que va. Son muy pocos y muy menospreciados. La gente los ve como bichos raros, pensando que la guerra nunca va a llegar. ¡Y no se han dado cuenta que la guerra hace mucho que empezó!

Me acuerdo de aquel fatídico día como si fuera hoy. Aquel día en que el imperio humano mató al archiduque Bufo periglenes. Bueno, nadie lo llamaba así. La gente le decía de cariño "el sapo dorado de Monteverde". Era un tipo bonachón, de esos que nunca hacen ningún daño a nadie. Pero lo asesinaron indiscriminadamente. Y fue así que empezó la Primera Guerra Animal, aunque nadie le dio importancia a aquel acontecimiento. De por sí, ¿que podían hacer los otros débiles animales frente al más cruel de todos?

Pero ellos recibieron un aliado jamás esperado. Empezó invadiendo las costas de todas las ciudades antropogénicas, y ahora nos ataca con fuerza, con su ejécito de desastres naturales. La Segunda Guerra Natural comenzó. ¡Y ahora si que estamos perdiendo!

Pero bueno, regresando a la actualidad, hemos recibido otra mala noticia durante la cena: no habrá más lechugas, ni repollo, ni apio para comer. Y el tomate y el chile dulce también escasearán. Es que dicen que las precipitaciones no tuvieron piedad, y arrasaron con estos cultivos en Cartago. Y en Limón acabaron con las plantaciones de banano. Hmm, no me imagino en qué va a terminar todo esto. Supongo que empezaremos a alimentarnos de suplementos vitamínicos y protéicos.

Ya ni se que pensar. La guerra no parece vislumbrar un futuro alentador. Pero lo que más me inquieta es que tengo la extraña sensación de que algunos si están disfrutando esta época.
Bueno, me tengo que ir: es que tengo que apagar las luces, a ver si contribuyo al ahorro. Y espero poder dormir un poco más tranquilo hoy, aunque estoy escéptico.

Tuyo, Nelson

martes, 6 de noviembre de 2007

jueves, 1 de noviembre de 2007

Neo-Grinchs

Hay muchos Grinchs actualmente.

Hacen que la navidad pierda un poco su encanto, sacando a la venta árboles, luces, "santas", juguetes, guirnaldas y todas esas chucherías, cuando todavía faltan 3 meses para la época.

No es que crea que la navidad es comprar regalos y cosas así. Eso es justamente lo que me molesta: el hecho de que el efecto mass-mediático le imprima a la época una concepción puramente capitalista y de consumo, desproveyéndola por completo del trasfondo solidario y familiar que originalmente debería tener.

Así que Universal, Cemaco, Hipermás... ¡Váyanse al carajo!


Yo me quedo con MI navidad.