jueves, 17 de julio de 2008

De la política y otros demonios


¿Qué se estudia para ser consultor? ¿O es que acaso la sola experiencia de haber trabajado en el gobierno lo hace a uno apto para dar consultorías? Porque de hecho la mayoría de gente que trabaja en estos puestos fue parte de una de las administraciones anteriores, o lo es de la actual. De repente se puso de moda hacer consultorías para analizar... prácticamente todo. Y bueno, de hecho que no está mal hacerlo hasta cierto punto. Porque justamente creo que uno de los grandes problemas nacionales es que las cosas se hacen sin la planificación adecuada, del que al final sale un trabajo mal hecho, y se desperdician los fondos en una cochinada. Uno lo puede ver en la construcción de las carreteras nacionales, con mala coordinación, mal diseñadas o donde se utilizan materiales de mala calidad (y es que, en primer lugar, no existe una metodología nacional para la construcción de carreteras). Uno lo puede ver con los préstamos español y finlandés, con los que se compró una gran cantidad de máquinas para los hospitales que no se están utilizando (porque no eran las que se ocupaban). Uno lo puede ver con la falta de planificación del ICE, que no previó el alza en la demanda (o se hicieron de la vista gorda), y que diseñó proyectos que, debido a sus impactos ambientales desastrozos, era previsible que iban a ser rechazados por la población. Uno lo puede ver en múltiples casos nacionales, en los que tal vez las consultorías serían beneficiosas.

Pero cuando se gasta más de $1 millón en consultorías para ver cual es la mejor forma de invertir en bienestar social e infraestructura para la zona de Rincón Grande de Pavas, es evidente que algo anda mal. Es ilógico que, de todo el dinero que se supone se debería gastar en una causa, al final de cuentas no se tenga ni un cinco. Para mí no es solo ilógico, es intolerable. Es increíble el punto hasta el que puede llegar la avaricia humana; de que unos cuantos "consultores" se roben el dinero de toda una población. Realmente tienen que estar enfermos de la cabeza para que no les pese la conciencia.

Si pasamos al plano nacional, la malversación de los fondos que el BCIE le "regaló" al gobierno, y este utilizó en la contratación de consultorías dudosas, es otro gran engaño a toda la ciudadanía costarricense. Y de repente, ser periodista e investigar acerca de los fondos públicos, es ser un enemigo nacional, a criterio de Rodrigo Arias y varios de sus colegas. Si no tienen nada que ocultar, no deberían sentirse ofendidos. Ádemas, ¿acaso no están concientes de que, al ser elegidos en un cargo público, es inherente a su posición el estar bajo la vigilancia de periodistas, los diputados, la Contraloría, el pueblo? Si les molesta tanto, ¿porque decidieron ser políticos?

Durante toda mi vida pensé que algún día sería político, porque debía ser chiva. Sí, así de simple: "chiva". De hecho tengo la teoría de que todos nacemos con la idea de estar predestinados a ejercer un cargo de poder. Lo que pasa es que el sistema funciona para que la misma gente se esté rotando en esos puestos, así que para llegar al poder, hay que estar dentro del círculo vicioso. Si uno no puede ser presidente: entonces será diputado. Sino, se puede obtener un cargo en un ministerio. Por otro lado, puede optar por ser alcalde. Siempre queda la opción de ser directivo en alguna institución pública (o privada con acciones estatales). Y sino, bueno... consultor será. La cuestión es que siempre es la misma gente; basta echar una mirada a las administraciones anteriores para descubrir los mismos nombres de ahora. Una señora que pasa de ser diputada a ministra de Seguridad; un excandidato a presidente que ahora es candidato a alcalde; un ministro que pasa de un ministerio a otro. Lo importante es ejercer el poder, no importa desde que cargo.

Creo que la mayoría de gente no se da cuenta de la seriedad que exige ser electo para gobernar. Cuando se ganan unas elecciones, no se trata de una victoria personal o del partido. No se trata de que mis ideas son las únicas válidas y de que el resto de personas solo están para estorbar. No se trata de celebrar, con fiestas lujosas, haber ganado las elecciones. Y no estoy confundiendo lo que muchos podrían denominar como una celebración a la democracia. Me refiero a esa celebración, a esa que parece más un festejo por un gane de la sele o a las fiestas de Palmares, que a otra cosa.

Yo no se ustedes, pero si yo ganara unas elecciones, seguramente estaría temblando de miedo en vez de celebrando una fiesta. Temblaría de miedo ante tan grande responsabilidad. ¿Cómo podría celebrar, de por sí, algo que ni siquiera he empezado? Celebraría, tal vez, al final del período, y solo si se que realicé una buena labor. Pero festejar ser electo me parece absurdo. Ser político no es algo fácil, no es algo como para celebrar tan banalmente.

Y es que la política está llena de sacrificios. Porque se tiene que sacrificar tiempo personal y familiar. Por tener que estar bajo la opinión pública y la constante investigación. Porque hay que tener paciencia para ver resultados, debido a los lentos mecanismos burocráticos. Por estar expuesto a las quejas y a ser objeto de chistes, y tener que aguantarlos. Por estar tentado por la corrupción casi a diario, y tener las agallas de rechazarla. Entonces ¿ será que ser político es tan "chiva", después de todo? No se, no lo creo. La verdad es que ya desistí a la idea de serlo. O al menos hasta el momento en que esté preparado para asumir esos sacrificios.

La política debería ser ejercida por los hombres y las mujeres más honorables. Desgraciadamente, también está al alcance de los más imbéciles.

No hay comentarios.: