viernes, 31 de agosto de 2007

El más fino estándar de calidad

No me vengan con cuentazos como ese.

Ahora resulta que las piñeras pueden tener una bandera ecológica. El hecho de que se premie a una plantación en monocultivo atestada con insecticidas, fungicidas, nematicidas, herbicidas y demás "-icidas" con un galardón ecológico es solo otra de las incoherencias del gobierno actual en el plano ambiental; o sea, como popularmente dicen: escriben con la mano y lo borran con el codo. No dudo que la iniciativa de Paz con la Naturaleza tenga muy buenas intenciones es este ámbito, y más bien me alegro de que al fin esta presidencia trate un tema tan ignorado por las anteriores.

El problema es que cuando uno se pone a ver, por ejemplo, la clase de comercio que el gobierno le propone a los agricultores (comercio exterior), las técnicas agrícolas que se deben utilizar para que la producción sea en gran cantidad (la suficiente para exportar) no son compatibles con la idea de ser un país ecológico. ¿Y por qué solo comercio exterior? Debe ser que vender dentro del país no es tan rentable. O que los ticos no merecemos productos de calidad, no sé. Lo cierto es que no hay manera posible de producir un monocultivo sin degradar el suelo (y a largo plazo, también el agua), debido la cantidad industrial de químicos que se aplican en las plantaciones. Ese es justamente el problema de la agricultura convencional que se promueve: incrementar la producción de la cosecha, sin pensar en las consecuencias posteriores.

Pues el domingo pasado, en una de estas fincas productoras de piña llamada Haciendas Ojo de Agua, galardonada con la flamante bandera ecológica, ¡también se encontró contaminación del agua con químicos!

Si esa es la clase de estándares que va a imponer el actual ministerio de ambiente, sugiero que se le otorgue el mismo premio al relleno de Río Azul, al río Virilla, a Quebrada Crucitas (contaminada con arsénico, eso es cualquier cosilla, nada grave), a las plantaciones de caña de azúcar en Guanacaste (incluída la quema que se realiza en los cañales al final de la producción), a la minería en San Carlos a cargo de Industrias Infinito, a los barcos que vienen con arroz transgénico LL601 de Bayer, a las bananeras en Bataán de la Finca en Ceibo S.A. que producen al 100% (no importa si tienen que seguir cortando bosque, ¡lo importante es producir!), por mencionar algunos ejemplos.










Sobra decir que me encanta la piña.

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